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10 mitos que nunca deberías creer
Navegando por la red y concretamente en Diarios de Bicicleta hemos encontrado un curioso artículo sobre mitos o conceptos en el ciclismo y el deporte en general que son completamente erróneos, a continuación 10 mitos que nunca deberías creer.
1. Agua y azúcar para las agujetas
Hoy sabemos que el dolor que conocemos por agujetas responde a una inflamación de ciertas microestructuras musculares, y, desde luego, no se soluciona haciendo llegar azúcar al músculo. El dolor se puede mitigar con antiinflamatorios, no especialmente recomendables por los posibles efectos secundarios, y cierto nivel de actividad física suave, para favorecer procesos regenerativos que reparen ese daño muscular.
2. Entrenar en ayunas para adelgazar
En población deportista, por tanto, que busca mejorar o mantener cierto nivel de rendimiento físico, entrenar en ayunas puede tener más efectos negativos que el positivo que se busca con su práctica, que es la reducción de peso a través de la reducción de grasa corporal. Si no se controlan escrupulosamente la intensidad y el volumen del entrenamiento, podemos producir pérdida de masa muscular, lo que va en detrimento, de manera directa, del rendimiento deportivo.
3. Estiramientos para reducir lesiones
Las investigaciones más recientes apuntan que los ejercicios de estiramiento, realizados bajo directrices determinadas, contribuyen a que mantengamos una óptima amplitud de movimiento en nuestras articulaciones. Esto es crucial para una buena salud postural y evitar limitaciones a la hora de colocarnos correctamente sobre la bicicleta. Sin embargo, no se evidencia una relación directa entre hacer estiramientos y la reducción de lesiones de carácter muscular.
4. Usar chubasquero para perder peso
Hacer ejercicio y aprovechar la nula transpirabilidad de un chubasquero para aumentar la sudoración no consigue, para nada, el objetivo de perder peso por la vía de la eliminación de grasa corporal. Al sudar más, efectivamente, vemos que perdemos peso, pero a expensas de eliminar líquido, sudor, del cuerpo. En todo caso es un peso que se recupera en apenas 24 horas. El riesgo de deshidratación, en cambio, es muy alto, por lo que no es nada recomendable.
5. Entrenar “suave” para quemar grasas
Ésta es una verdad, pero con matices. A bajas intensidades el metabolismo utiliza un mayor porcentaje de grasas como sustrato energético, pero sólo durante el tiempo que pedaleamos. En cambio, cuando pedaleamos a altas intensidades la fuente energética predominante son los hidratos de carbono durante el esfuerzo, aunque una vez en reposo pasamos bastantes horas en las que el cuerpo sufre una alteración en su metabolismo basal por la cual incrementa el consumo de grasas, así que lo más inteligente parece combinar las dos vías para optimizar el resultado.
6. Medias compresivas para rendir más
De todas las investigaciones en torno a estas prendas deportivas, que no son muchas, se ha concluido que su mayor efecto se produce en los procesos de recuperación y no tanto en un incremento directo del rendimiento durante la actividad. Las mejoras están vinculadas a la aceleración y favorecimiento del retorno venoso mientras recuperamos, tras el ejercicio.
7. Cuanto más entreno mejor
Pensar que mejorar se consigue sólo entrenando, descuidando los procesos de descanso, es uno de los errores más clásicos entre muchos bikers. La optimización de los resultados y de la evolución física es el resultado del equilibrio entre carga física y tiempo para asimilarla. Sólo consiguiendo ese delicado equilibrio puede lograrse una mejora consistente de la forma física. De lo contrario, podemos llegar rápidamente a una situación de saturación y no progreso de nuestro nivel.
8. Las pesas son malas para el ciclismo
Todo lo contrario, trabajar la fuerza muscular, en coherencia con las necesidades del ciclismo, puede ser de lo más beneficioso para dar pedales. Lo que no podemos hacer es entrenar en el gimnasio como lo hace un culturista o un atleta de velocidad. Sólo hay que conocer cuáles son las necesidades de nuestro deporte y trabajar en esa dirección.
9. Calambres por falta de sales
Un déficit de sales minerales en nuestro organismo o nuestros músculos puede ser una de las causas por las que tengamos calambres, pero ni mucho menos la única. En ocasiones los achacamos a este motivo, pero el desencadenante más potente es una falta de condición física, deshidratación o fatiga por una inadecuada elección de los desarrollos, por ejemplo. Reflexiona sobre tu caso y descarta posibilidades.
10. Sobretodo, hidratos de carbono
La mejor dieta posible es la que satisface todas tus necesidades nutricionales. Los hidratos de carbono son importantes, pero desde luego no lo único que debes contemplar alguien que practica deporte, independientemente del nivel. Nutrientes como las grasas o las proteínas son también muy importantes para el rendimiento deportivo, hoy la proporción más aceptada por la comunidad científica es de 60/25/15 en hidratos de carbono, grasas y proteínas, respectivamente.
*Diarios de Bicicleta ha obtenido el artículo de SoloBici
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